viernes, 4 de abril de 2014

chantico: la diosa de los fuegos del corazón, los fuegos del hogar , los volcanes y los fuegos de la estufa, y quien era la responsable de la maduración de las niñas enanas.


Chantico
(náhuatlChantico-Cuauhxólotl, ‘la que mora en la casa’Chiantli, hogar, morada; ti, ligadura eufónica, y co, en’) en la mitología mexica es la consorte deXiuhtecutli, dios del fuego. Era la diosa de los fuegos del corazón, los fuegos del hogar, los volcanes y los fuegos de la estufa, y quien era la responsable de la maduración de las niñas enanas. Es representada con el rostro en negro y rojo y sus símbolos eran una serpiente roja y púas del cactus.
Al igual que Cihuacóatl-Tonan, era asociada al calor (del calor caluroso) y a la luz brillante. En las representaciones, figuraba con un manojo de rayos en su espalda. Era adorada en la cumbre del Tepeyac, durante el primer día de la cuarta trecena (1 flor), exactamente el 23 de marzo.

Según la mitología Cantico ofreció un sacrificio sin respertar el ayuno, pues comió pimientos y pescado asados, Tonacatecuhtli se enfureció y la maldijo convertiéndola en perro callejero con sarna y pulgas que padecían cáncer y se parecían al Diego, animal de naturaleza muy voraz. Cantico es referida como Nueve-Perro. Decían que el nacido en el primer signo de viento (1-Ehécatl) sería sano por nacimiento a menos que creciese enfermo de dolores o cáncer, entonces su enfermedad sería incurable. Aquel que naciese sobre el noveno signo creía que sería desafortunado, porque este signo estaba dedicado a los nahual; hechiceros y nigromantes que se transformaban en varios animales.

Xochiquetzal : la diosa de la belleza, las flores, el amor, el placer amoroso, y las artes.


Xochiquétzal o Xochiquetzalli
(NáhuatlXōchiquetzalli, ‘flor hermosa’xochitl, flor; quetzalli, hermosa; 'pájaro florido', 'flor y pluma rica' o 'flor hermosa'’) en la mitología mexica es la diosa de la belleza, las flores, el amor, el placer amoroso, y las artes. Es una de las dos diosas relacionada con la fertilidad de la naturaleza y la belleza, quizás por ello se le representa como hija o esposa de Centéotl. Xochiquétzal, “flor preciosa”, nació de los cabellos de la diosa madre.
Las flores de cempasúchil están consagradas a ella. Solía invocarse a Xochiquétzal para obtener belleza, sensualidad, para poder sobrevivir en caso de peligro, para hacer manualidades, lograr la fertilidad, el parto, buena cosecha, la danza, la música, el canto, la recuperación después de un desastre, la herbolaria, la libertad sexual, para hablar de amor, lograr un buen tejido, placer sexual, erotismo, y lograr matrimonios estables. Plumas, margaritas y pequeños azulejos con su imagen eran la mejor ofrenda para Xochiquétzal. Es hermana gemela de Xochipilli. Su primer esposo fue Tláloc, aunque también estuvo casada con Ixotecuhtli el dios de la libertad, con Piltzintecuhtli y con Centéotl. También fue amante de Huitzilopochtli,Tezcatlipoca y Quetzalcóatl.
Mito
En los mitos de creación se menciona que fue mujer de Piltzintecuthli, hijo de la primera pareja de hombres: Cipactónal y Oxomoco. Con Piltzintecuhtli tuvo un hijo, Cintéotl, dios del maíz, y en otros mitos se cuenta que también engendraron a Nanahuatzin, quien se sacrificaría en el fogón divino para convertirse en el Quinto Sol, y a Xochipilli, dios de las flores y también conocido como dios del amor. Tuvo varios consortes y amantes. Primero habitaba en Tamoanchan, “cerro de la serpiente”, uno de los paraísos situado en el primer cielo, el Tlalocan, el cual se localizaba en la cumbre del Cerro de la Malinche. Esta morada era una región llena de deleites y pasatiempos agradables en donde había fuentes, ríos, florestas y lugares de recreación. En este sitio había un árbol florido, y el que alcanzaba a coger una de sus flores o era tocado por alguna de ellas sería dichoso y fiel enamorado. Xochiquétzal era atendida por otras diosas y estaba acompañada y guardada por mucha gente, de tal manera que ningún hombre la podía ver. Los que la cuidaban eran enanos, jorobados, payasos y bufones, que la divertían con música y bailes, y que también desempeñaban el oficio de embajadores cuando mandaba mensajes a los dioses que ella cuidaba.
Ella vive en el noveno cielo, la región del viento de obsidiana itzeechecayan y es una diosa dual, es decir, tanto solar como lunar. Su carácter lunar se ve en elcódice Borgia, donde alguna vez se le iguala con Tlazoltéotl. Se menciona que pasaba parte de su tiempo en el Valle de Huejucar lugar prodigioso donde ayudó a las tejedoras a crear un regalo enviado por los dioses al mundo a través de ellas, su carácter solar se ve en su representación como mariposa y su vestimenta elyacapapálotl o teocuitlayacapapálotl.

Representación
Xochiquetzalli es una metáfora de la joven que da placer sexual a los jóvenes y que representa la tentación que hace caer a los hombres castos; es naturalmente una joven hermosa, y alegre. Representa los encuentros juveniles, espontáneos, pero sobre todo libres, los cuales no eran sancionados entre los varones.
Se le puede considerar la encarnación misma de la femineidad, principalmente de la femineidad joven y es por ello el numen protector del trato carnal. Xochiquetzalli era la protectora e inspiradora de los artistas, tejedoras, soldaderas, de los orfebres y pintores, de las prostitutas (llamadas aiuanime) y la abogada de las embarazadas. También es patrona de los quehaceres domésticos.
La mayor parte de los textos nahuas que hablan de la diosa madre, nos la presentan como una diosa anciana; Tonantzin la señora vieja" Ilamatecuhtli, sin embargo existe una versión joven de la diosa madre. Henry B. Nicholson menciona que esta es Xochiquetzal.


Xochipilli : dios del amor, los juegos, la belleza, las flores, el maíz y el placer



Xochipilli
(Náhuatlxochipilli, ‘el príncipe de las flores’xochitl, flor; pilli , príncipe’) en la mitología mexica es el dios del amor, los juegos, la belleza, las flores, el maíz, el placer, ; formado por los vocablos náhuatl xochitl flor y pilli príncipe, significa Príncipe de las flores, aunque también puede ser interpretada como flor preciosa o flor noble.
Su culto se relaciona con el de otros dioses del maíz, de la fertilidad y de la cosecha, como el dios de la lluvia, Tláloc, y el del maíz, Cinteotl. Está asociado con Macuilxochitl (Cinco flores), dios de los juegos y las apuestas. Su esposa era Mayáhuel y su hermana gemela era Xochiquétzal. En su festividad religiosa asociada, que significa fiesta de las flores ennáhuatl. En esta fiesta se hacían ofrendas de comida, y los pueblos cercanos a Teotihuacan llevaban cautivos como tributo para los sacrificios. Era el dios del juego de Patolli.
Se le relaciona con la deidad Macuilxóchitl «5 Flor», patrono de los juegos, los bailes y los deportes, que es representado como un hombre que sale de una Tortuga (el Zodiaco), pero tal vez sólo sea su nombre calendárico.
Museo Nacional de Antropología
En el Museo Nacional de Antropología de México se puede apreciar una extraordinaria escultura de Xochipilli, hecha en piedra volcánica y procedente de la zona de Tlalmanalco. En su libro « Magia Crística Azteca » el Maestro Samael la describe de la siguiente manera: «Se halla Xochipilli sentado sobre un cubo de basalto bellamente tallado. Las rodillas en alto y las piernas en Cruz de San Andrés, las manos con los pulgares e índices en contacto y la vista hacia el infinito. Grandes orejeras de jade; coraza con fleco que termina en garras de tigre o colmillos de serpiente sobre la cual, en el pecho, ostenta 2 Soles con sendas Medialunas sobre los mismos; pulseras y rodilleras que rematan en flor de 6 pétalos; canilleras con garras que aprisionan sus tobillos y, sobre las canilleras, 2 Campánulas con las corolas hacia abajo arrojando, una 6 Semillas y la otra Fuego; Cactli (sandalia hecha de fibras de maguey) cuyas correas se anudan graciosamente sobre sus pies. La cara de Xochipilli es impasible pero su corazón rebosa de alegría. «Las garras felinas del fleco de su coraza son las mismas que a los lados de la cara de Tonatiuh (en el Calendario Azteca) destrozan corazones, símbolo del sacrificio de las emociones del iniciado; sacrificio sin el cual no es posible llegar a Dios».

Así describe el Maestro esta escultura. Los 2 Soles y las 2 Lunas nos hablan también de la Pareja Divina Ometecuhtli (Señor Dos) y Omecíhuatl (Señora Dos). Las 6 Semillas Divinas o Xinactlis y el Fuego o Xiuh, saliendo de las 2 Campanas que se encuentran en cada canilla, nos indican la Fuerza del Amor, la fecundación del Mercurio por el Fuego, para formar el Arché de los Sabios Alquimistas, con el que se puedes fabricar los Cuerpos Solares y realizar toda la Gran Obra.

Cintéotl o Centéotl: Dios del maíz


Cintéotl o Centéotl

(náhuatl: cinteotl, ‘dios del maíz’cintli, maíz; teotl, dios’) en la mitología mexica es el dios del maíz, en ocasiones es considerado como un ser dual, hombre y mujer, o bien solo del sexo masculino mientras en sexo femenino pasó a ser Chicomecóatl, que según la Cosmogonía mexica nació de la unión de Piltzintecuhtli, dios de los temporales, y Xochiquétzal, diosa de la belleza, de las flores, de la juventud y de la fertilidad, patrona de las jóvenes, del embarazo, de los partos y de los oficios de las mujeres, que tras su nacimiento se refugió bajo la tierra convirtiéndose en distintos sustentos, de entre ellos, el maíz divinizado. Entre sus diversos cultos se le celebraba junto a Chicomecóatl, la diosa de la agricultura, de las cosechas y de la fecundidad, en los meses de "Huey tozoztli" y "Huey tecuilhuitl" sacrificando a una cautiva.

Xipe Tótec : Dios de la Primavera.


Xipe Tótec 
(Náhuatlxipetotec, ‘nuestro señor el desollado’xipe'ua, desollar, descortezar; to'ca, nosotros; tec'uhtli, señor’) (AFI: ['ʃipe 'totek]) es una deidad de la mitología mexica, éste es el Tezcatlipoca Rojo, su región es el este donde nace el Sol. Es la parte masculina del universo, la región de la juventud y de la aurora, del maíz tierno, la abundancia, la riqueza y el amor. Representa la fertilidad y los sacrificios como el patrono de los orfebres; su nombre significa El Desollado, Nuestro Señor (xipehua, desollar, descortezar o descascarar; to- prefijo posesivo, nuestro, y tec-, prefijo que abreviatecuhtli, señor), y se debe a que se quitó la piel para alimentar a la humanidad, símbolo de la semilla de maíz que pierde la capa externa antes de la germinación.
Los sacrificados a él eran despellejados por los sacerdotes después de haber sacado el corazón hábilmente, rápidamente el cadáver era llevado a un cuarto privado donde se despellejaba de manera que un sacerdote pudiese vestir la piel completa incluyendo rostro del sacrificado, para luego presentarse nuevamente ante la piedra de sacrificio bailando y danzando con los husos del sacrificado haciendo música y con su singular vestimenta de piel, todo representaba el renacer del sacrificado; era representado como una persona adulta y robusta de piel dorada o de obsidiana, con un tocado, una copa en la mano derecha y un escudo en la otra y viste la piel de los sacrificados(al igual que sus sacerdotes), también se le representa con la idea del más allá que anualmente, los esclavos eran seleccionados como sacrificios a Xipe-Tótec; estos esclavos eran despellejados cuidadosamente para producir una piel casi entera que entonces era usada por los sacerdotes durante los rituales de la fertilidad que siguieron el sacrificio, por lo que se han encontrado las pinturas y varias figuras de arcilla que ilustran el método de despellejado y el aspecto de los sacerdotes usando estas pieles; los totonacas de la ciudad de Cempoala lo veneraron como su dios principal.
Axayácatl (1469-1481)
Como símbolo de la nueva vegetación, Xipe-Tòtec usaba la piel de una víctima humana, que representaba la "nueva piel" que cubría la tierra en la primavera; sus estatuas y máscaras de piedra siempre lo muestran usando piel recién desollada, y los mexicas adoptaron a Xipe como su dios durante el mandato del emperadorAxayácatl (1469-1481) durante el segundo mes ritual del año mexica, Tlacaxipehualiztli ("desolladero de hombres"), los sacerdotes sacrificaban víctimas humanas extirpando sus corazones y desollando los cuerpos y se ponían las pieles, las cuales eran pintadas de amarillo y llamadas teocuitlaquémitl ("vestiduras doradas"), posteriormente eran arrojadas hacia una cámara interior, posiblemente donde se encontraba la Piedra del Sol, de entre otras víctimas eran atadas a un marco y se les daba muerte con flechas, ya que se creía que la sangre que brotaba de sus cuerpos simbolizaba las fértiles lluvias de la primavera, así como también se cantaba un himno en honor de Xipe-Tótec llamándolo Yohuallahuana ("bebedor nocturno") porque las buenas lluvias caían durante la noche. Le agradecían por traer a la Serpiente Emplumada, símbolo de abundancia, y por prevenir la sequía.
Como símbolo de la nueva vegetación, Xipe-Tòtec usaba la piel de una víctima humana, que representaba la "nueva piel" que cubría la tierra en la primavera; sus estatuas y máscaras de piedra siempre lo muestran usando piel recién desollada, y los mexicas adoptaron a Xipe como su dios durante el mandato del emperador Axayácatl (1469-1481) durante el segundo mes ritual del año mexica, Tlacaxipehualiztli ("desolladero de hombres"), los sacerdotes sacrificaban víctimas humanas extirpando sus corazones y desollando los cuerpos y se ponían las pieles, las cuales eran pintadas de amarillo y llamadas teocuitlaquémitl ("vestiduras doradas"), posteriormente eran arrojadas hacia una cámara interior, posiblemente donde se encontraba la Piedra del Sol, de entre otras víctimas eran atadas a un marco y se les daba muerte con flechas, ya que se creía que la sangre que brotaba de sus cuerpos simbolizaba las fértiles lluvias de la primavera, así como también se cantaba un himno en honor de Xipe-Tótec llamándolo Yohuallahuana ("bebedor nocturno") porque las buenas lluvias caían durante la noche. Le agradecían por traer a la Serpiente Emplumada, símbolo de abundancia, y por prevenir la sequía.
« Atribuían a este dios las enfermedades que siguen: primeramente, las viruelas; también las postemas que se hacen en el cuerpo, y la sarna; las enfermedades de los ojos, como es el mal de los ojos que procede de mucho beber, y todas las demás enfermedades que se causan en los ojos. Todos los que eran enfermos de alguna de las enfermedades dichas, hacían voto a este Dios, de vestir su pellejo (piel) cuando se hiciese su fiesta, la cual se llama « Tlacaxipehualiztli », que quiere decir: « desollamiento de hombres »... Si algunas mujeres enfermaban de estas enfermedades dichas antes, en la fiesta de este dios, ofrecían sus ofrendas, según qué habían votado».
Tezcatlipoca Rojo

Es indudable que existen divergencias entre XipetótecCamaxtleMixcóatl y Tezcatlipoca Rojo entre las religiones mesoamericanas, si bien en la Cosmogonía Náhuatl, la creación del universo, menciona que en un principio sólo existía un cielo, que llamaron el décimo tercero, en el cual vivían una pareja divina, Ometecuhtli y Omecíhuatl, que procrearon cuatro hijos, el primogénito fue Tlatlauhqui-tezcatlipoca (Tezcatlipoca Rojo), el cual fue adorado particularmente por losTlaxcaltecas y Huejocincas bajo el nombre de Camaxtli pero asimilado por los mexicas como Xipetótec, "Nuestro Señor El Desollado"; el segundo hijo fue Yayauhqui-tezcatlipoca (Tezcatlipoca Negro); el tercero fue Iztauhqui-tezcatlipoca oQuetzalcóatl (Tezcatlipoca Blanco; el cuatro fue Omitéotl-Inaquizcóatl (Tezcatlipoca Azul), asimilado por los mexicas como Huitzilopochtli. Estos cuatro dioses después de 600 años de inactividad, se reunieron y conferenciaron acerca de lo que debían ordenar y de las leyes que debían imponer a lo que creasen, y puestos de acuerdo, comisionaron a Quetzalcóatl yHuitzilopochtli, los responsables de crear al Medio Sol, que alumbraba poco por no ser entero; por otra parte, al transcurrir el 2 acatl, el numen Camaxtli o Camaxtle, "el señor desnudo", el dios del fuego pero venerado como dios de la cacería, tomó por nombre de Mixcóatl, "culebra de nubes" o "la tromba", identificado como Mixcóatl-Camaxtli, por lo que tras el diluvio, I tecpatl, subió al Octavo Cielo y creó cuatro hombres y una mujer para dar a comer al Sol; pero apenas creados cayeron al agua; por lo que Mixcóatl y Camaxtle (náhuatlcamaxtle, ‘el que tiene bragas y calzado’cactli, calzado; maxtlatl, braga; e, que tiene’), es la misma entre losTlaxcaltecas y Huejocincas, mientras Xipetótec era honrado principalmente por aquellos que vivían a la orilla del mar, teniendo origen en ZapotlánJalisco atribuyéndole las enfermedades de las apostemas y de la sarna.
En cierta forma, los dioses Xipetótec y Mixcóatl eran relacionados como dioses forasteros para los pueblos nahuas, Mixcóatl como dios de los Otomíes, dios de la caza, ya que éste pueblo vivía en los montes y eran considerados todos cazadores, y Chichimecos; mientras Xipetótec como dios de los Zapotecos y de los Yopis, vecinos de los Mixtecos, comunidades que vivía hacia la costa del Océano Pacífico. Autores como Paso y Troncoso mencionan que Mixcóatl es frecuentemente confundido por Camaxtle, deidad principal de los Chalqueños, bajo cuya denominación se comprendían los moradores de TepeacaZacatlanCholulaTlaxcalla,Huexotzinco, por lo que las ceremonias que se hacían honrar a Mixcóatl en México, se dedicaban a Camaxtle en Tlaxcalla; en Michoacán, le adoraban con el nombre de «Taras» a Mixcóatl, y sólo le sacrificaban culebras, aves, y conejos.

Tlatauhqui-Tezcatlipoca (el Tezcatlipoca-Rojo), « El de Espejo Rojo », Dios de la Primavera, (cuando la tierra se viste de nueva piel, su nuevo manto vegetal). « Señor del Litoral », « Dios de la Mar », « El Tolteca », son otros nombres con que se le conoce, como también el de « El Bebedor Nocturno », y por lo tanto se le relacionaba con los númenes del pulque. Ce itzcuintli, « Uno Perro » (nombre calendárico); También «el que tiene miembro viril» (según opinión del nahuatlato Ángel María Garibay); y su nombre mexica más difundido, XIPE TOTEC, «Nuestro Señor el Desollado». Precisamente, por esta última designación, la característica más conspicua del Dios Xipe Totec -que se le puede observar en esculturas, relieves, cerámica y en los códices prehispánicos y post-hispánicos, en los que se le presenta- es vestir como librea principal la piel humana. Pero no como vestido común y corriente, sino como símbolo de su primordial de su más reconocido atributo: el de la renovación o resurrección.

Tlazolteotl : la diosa de la lujuria y de los amores ilícitos.


Tlazoltéotl
(Náhuatltlazolteot, ‘diosa de la inmundicia’tla, cosa; zolli, inmundicia; teotl, dios’) Deidad de origen Huasteco, que en la mitología mexica es la diosa de la lujuria y de los amores ilícitos, patrona de la incontinencia, de la lujuria, del adulterio, del sexo, de las pasiones, de la carnalidad y de las transgresiones morales; era la diosa que eliminaba del mundo el pecado y la diosa más relacionada con la sexualidad y con la Luna. En los códices se la representaba en la postura azteca habitual para dar a luz o a veces defecando debido a que los pecados de lujuria se simbolizaban con excrementos. Así como en otros códices aparece sosteniendo "la raíz del diablo", planta usada para hacer más fuertes los efectos del pulque (bebida relacionada con la inmoralidad) y disminuir los dolores del parto.

Era conocida como "la comedora de suciedad" debido a que se creía que visitaba a la gente que estaba por morir; La diosa Tlazoltéotl mostraba las contradicciones de algunos valores morales sobre la feminidad en la sociedad azteca: traía el sufrimiento con enfermedades venéreas y lo curaba con la medicina, inspiraba las desviaciones sexuales pero a la vez tenía la capacidad de absolverlas, y todo ello siendo diosa madre de la fertilidad, del parto, patrona de los médicos y a la vez diosa cruel que traía locura.

Tlaloc : Dios de la Lluvia.


Tláloc
(En náhuatl clásico: Tlālōc; AFI [ˈtɬaːloːk]) (náhuatl: Tláloc, ‘néctar de la tierra’tlalli, tierra; octli néctar’) se refiere al ciclo vertical del agua desde la evotranspiración en el subsuelo hasta la condensación y la lluvia, el fenómeno se explica desde la tierra de ahí "Tla"-lli "Oc"-tli: Tláloc en la cosmovisión náhuatl-culhua. Bien era conocido en toda el área de Mesoamérica con otros nombres, que originalmente, representaba al agua terrestre, mientras que, por su parte, la serpiente emplumada, al agua celeste; y los mexicas lo tenían como el responsable de los períodos de sequía y lluvias torrenciales y hacían ceremonias para honrarlo en el primer mes del año (ātl cāhualo).
Bernardino de Sahagún y Alfredo Chavero frecuentemente lo describen como el dios del rayo, de la lluvia y de los terremotos, por otra parte, la voz Tláloc deriva de tlālli, que significa 'tierra' y octli, que significa 'néctar' o 'pulque'. En realidad la traducción literal sería 'néctar de la tierra', y se refiere al momento en que la lluvia penetra la tierra y forma parte de ella. Éste es el dios de las aguas que llegan del cielo, pero no de las aguas que ya están en la tierra, como pueden ser los ríos. Para los ríos y lagos está la diosa Chalchiuhtlicue, que significa "falda de jade". Es hermana o una de las esposas de Tláloc.
Culto
Tláloc fue una de las divinidades más antiguas y veneradas de toda Mesoamérica. Su culto se extendió por gran parte del territorio centroamericano. Fue tomado por los nómadas aztecas (así se llamaban los mexicas cuando apenas acababan de salir de Aztlán) que se instalaron en el lago Texcoco, asimilándolo como divinidad agrícola. Siguió siendo uno de los dioses fundamentales de las distintas comunidades agrícolas autóctonas; originario de la cultura de Teotihuacan, dada la caída de la ciudad pasó a Tula, y de ahí su culto se esparció entre los pueblos nahuas. Los teotihuacanos tuvieron contacto con los mayas, de ahí que ellos lo adoptaran o lo identificaran en la forma del Dios Chaac. En la cosmología tlaxcalteca, Tláloc se casó primero con Xochiquétzal, Diosa de la belleza, peroTezcatlipoca la secuestró. Tláloc se casó otra vez con Matlalcueye, y tiene una hija o hermana mayor que se llamada Huixtocíhuatl.
Tláloc y sus manifestaciones
Ni a Tláloc, ni a los demás Teteo se les puede nombrar como "dios de tal" o "dios de cual", pues aquel concepto equivale más a una teología y cosmología de origen helénico y judaico-semítico. Tláloc no es el "dios de...", es la Lluvia y es el Trueno, y es manifestación y expresión de la Esencia Suprema que se manifiesta de variadas formas al hacerse tangible en el universo.) Como las divinidades mesoamericanas en general, posee una ambigüedad, en cuanto a que Es una Fuerza Suprema en y de la naturaleza (la naturaleza y el cosmos no representan en los términos humanos bondad o maldad, sino más bien un entramado de fuerzas, a veces en equilibrio, a veces en pugna; en veces benéficas para los humanos, en veces desastrosas); lo cual implica que, si bien es Dador de Vida, Providencia y Benefactor, también muestra en veces su faceta destructiva, aniquiladora. Así desciende desde el cielo para fecundar a la Tierra y poder cultivar la milpa, para germinar las semillas. Así también envía "los relámpagos y rayos, las tempestades del agua y los peligros de los ríos y del mar"; dicho en palabras del fraile de Sahagún. Dominaba también las fuerzas destructoras y si así era su voluntad podía enviar granizos, inundaciones, sequías, heladas y rayos fulgurantes o fulminantes.
Estaba encargado de enviar el agua a la comunidad a través de sus ayudantes, los Tlaloques; Tláloc mismo multiplicado y diversificado, manifestado a veces a los humanos como "seres enanos y antropomórficos" -como refiere Juan Carlos Pérez Guerrero-, que desde el interior de los cerros enviaban las cuatro clases de lluvias. Ellos también recibían súplicas y en su honor se realizaban ceremonias y rituales. Alain Musset asevera que, en vez de enanos, son la representación de las montañas que rodean el Valle de México y sobre las cuales parecen formarse las nubes que anuncian la lluvia. Su papel consistía en favorecer la venida de las aguas celestes pero también protegían a los pescadores y los navegantes.
Tláloc y sus representaciones
Este ser fue uno de los más importantes en el altiplano de México, uno de los más representados y quizás también uno de los de mayor antigüedad del panteón de Mesoamérica. Aparece representado desde la época teotihuacana. Se le manifestaba siempre con unos atributos característicos:
·         Anteojeras formadas por unas serpientes que se entrelazaban y cuyos colmillos acababan siendo las fauces del dios.
·         Una especie de bigotera que no era otra cosa que su labio superior. Se cree que este gran labio era el símbolo de la entrada en la cueva que comunica con el inframundo y que deriva de la boca de las figuras olmecas.
·         La cara estaba casi siempre pintada de color negro o azul, más veces de color verde, para imitar los visos que hace el agua.
·         Llevaba en la mano una especie de estandarte de oro, largo y con forma de culebra, terminado en punta aguda; era para representar los relámpagos y los truenos que acompañan a veces al agua de lluvia.
·         En los dibujos de los códices puede verse que sus vestidos tienen pintados unas manchas que son el símbolo de las gotas de agua.
Tláloc está compuesto en sus representaciones por los tlaloques o dioses de los 4 rumbos. Cada uno de ellos manejaba y era el responsable de una vasija colocada en un rumbo. Cada vasija proporcionaba una lluvia diferente.
La residencia de Tláloc era múltiple debido a la posibilidad de división de la sustancia que lo conformaba, característica que trataremos al hablar de los Tlaloques. Su morada se encontraba tanto en el Templo Mayor de Tenochtitlan, como en el Tlálocán, en el interior del cerro que lleva su nombre, el cual pertenece a la cadena montañosa Tlalocán, que separa el Valle de México del de Huexotzinco. Esto no es más que en hablando en términos Eliadianos sublimación de la Paradoja de lo sagrado y lo profano. La libertad y poder absoluto que posee la Divinidad le permite tomar cualquier forma, así como estar presente en cualquiera partes, y viendo la "Morada divina" como una extensión de la misma divinidad, con aquella sucede lo mismo.
Atributos y Simbolismo
Así, el Templo Mayor, los Cerros Sagrados, o incluso un altar doméstico, no son sino análogos, manifestación o representación del Tlalocán, del Tonacatépetl, de Xochitlalpán (que presentan cada cual sus particularidades, pero que son también análogos entre sí, por ser representaciones del axis mundi que sostiene el cosmos , y de la matriz universal de donde todo proviene y a donde todo va); así, son partícipes de la misma sacralidad, de la misma fuerza, son, sin serlo, lo mismo. La Paradoja de lo sagrado y lo profano, es en sí una ruptura ontológica presente en toda hierofanía; paradoja en cuanto a que lo sagrado, lo intangible, se profaniza, se vuelve tangible para mostrarse a la humanidad. Esto es parte de la Dialéctica de lo Sagrado, que es parte y fundamento de todas las religiones. A consecuencia de este carácter dual muy fuerte, su culto entró dentro del sistema de reciprocidad del sacrificio; tanto no sangriento, como ofrendas de flores o libaciones diversas, como de autosacrificio, ofrenda de animales, y de seres humanos cuando las sequías se dejaban percibir terribles y amenazaban la supervivencia misma de las sociedades (o en el caso de tierras muy húmedas, como las Tierras Bajas Mayas; para evitar el exceso de lluvias, huracanes, tempestades o truenos fulminantes, pues si Chaac (Tláloc en maya Yucateco) se enfurecía demasiado, aquellos podían destruir las cosechas, deslavar cerros, desbordar los ríos y arrasar ciudades y pueblos enteros). Tanto los ritos o sacrificios a Tláloc como aquellos dedicados a los Tlaloques se solían realizar en los cerros o en el interior de las cuevas. En la mayoría de estos ritos propiciatorios, como indica, en las ofrendas sacrificaban niños. Según el antropólogo Juan Carlos Román, la evidencia arqueológica indica que los mexicas y los demás pueblos de cultura culhuaca, sólo sacrificaban niños varones enfermos, pues todos los restos muestran indicios de alguna enfermedad infecciosa.
La cruz florida fue una evolución del símbolo de Tláloc y fue llamada Cruz de Tláloc; esta cruz surge por una razón: el dios tenía cuatro hijos a los que se denominaba tlaloques, que vivían en cuatro ámbitos del cielo. Tláloc se convirtió en época tolteca en un personaje semihumano, su cara estaba formada por dos serpientes enroscadas, haciendo de marco de los ojos la curva de los reptiles. Las cabezas se proyectan en paralelo y constituyen el labio superior del dios.
El paraíso de Tláloc


El lugar conocido como el paraíso de Tláloc se llama Tlálocán y está situado en la región oriental del Universo. De este lugar procedía el agua beneficiosa y necesaria para la vida en la tierra. Las personas que morían ahogadas o por hidropesía iban a morar a este paraíso. También acogía a los que morían de la enfermedad de la lepra. Se trata de un enclave placentero, donde pueden verse toda clase de árboles frutales, así como maíz, chía (semilla de una especie de salvia que se usa en México como refresco), frijoles y más productos. La vida allí era enteramente feliz. Conocemos la descripción de esta morada del dios gracias a los escritos hechos por el padre Bernardino de Sahagún y otros personajes, que lo oyeron de boca de los indígenas. Algunos siglos después, se descubrió en Teotihuacan un mural en que se veía representado punto por punto esta descripción. Así se pudo conocer de manera gráfica lo que ya se conocía a través de lo escrito.

Tezcatlipoca el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las batallas, omnipresente, fuerte e invisible.


Tezcatlipoca
 AFI [teskatɬiː'poka] (náhuatl: Tezcatlipoca, ‘Espejo que humea’tezcatl, espejo; poca, humo’) en la mitología mexica (y otros pueblos mesoamericanos de habla náhuatl), es el señor del cielo y de la tierra, fuente de vida, tutela y amparo del hombre, origen del poder y la felicidad, dueño de las batallas, omnipresente, fuerte e invisible. Entre los nahuas, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son dualidad y antagonía. Quetzalcóatl es llamado también Tezcatlipoca blanco en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro.
Leyenda
Ometéotl, el creador, el principio dual, masculino y femenino, en la cultura nahua, viviendo en el decimotercero cielo, engendró cuatro hijos: el primero fue Xipe Tótec (Tezcatlipoca Rojo o Camaxtle), el segundo fue Tezcatlipoca (Tezcatlipoca negro), el tercero fue Quetzalcóatl (Tezcatlipoca blanco), y al cuarto lo llamaron Huitzilopochtli (Tezcatlipoca azul o colibrí zurdo).
En una de las leyendas nahuas, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl originaron al mundo. Existía solo un océano primigenio, donde únicamente vivía el monstruo de la tierra, Cipactli, Tezcatlipoca ofreció su pie como señuelo, y el monstruo de la tierra emergió y se lo comió. Entonces, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se apoderaron de él, y lo extendieron para convertirlo en la tierra. Sus múltiples ojos se convirtieron en estanques y lagunas, y sus fosas nasales son las cuevas. Para resarcir el daño que le hicieron al monstruo de la tierra, Tezcatlipoca exige ofrendas humanas, consistentes en dar de cada uno lo mejor de sí, alcanzando la trascendencía a través de la acción y la preservación de la naturaleza. Entre los toltecas, era un protector transformador que descendió del cielo a la tierra valiéndose de una tela de araña, para destruir la obra de Quetzalcóatl, a quién se le apareció bajo el aspecto de un viejo que le ofreció el brebaje de la inmortalidad, pero éste era en realidad una bebida enloquecedora. Los espíritus de los muertos debían presentarse ante Tezcatlipoca para recibir su sentencia vestidos con una piel de ocelote y con un yugo de madera al cuello. Antes de entrar en el reino de la muerte, la morada de Mictlán, eran sometidos a varias pruebas.
Caracterización
Sus representaciones eran pintadas con un tipo especial de tintes con reflejos metálicos; solía aparecer representado con una franja negra en el rostro y un espejo de obsidiana en el pecho, donde veía todas las acciones y pensamientos de la humanidad, y del cual brotaba un humo que mataba a sus enemigos; la condición de espejo resume a Tezcatlipoca, los contrastes y dualismos presiden todas sus funciones, Tezcatlipoca también es representado con una franja negra en el rostro y en una pierna muestra un hueso expuesto donde debería estar el pie, como un jaguar, el que va al corazón de la montaña (Tepeyolohtli), fuerza interna de la Madre Tierra, el sol nocturno; su emblema es un cuchillo de obsidiana, que representa el viento negro y cortante, como las palabras que desarmonizan el entorno y la comunicación cuando no se emplean adecuadamente.
Tezcatlipoca es, señor del lado norte del universo, que se identificaba con el Mictlán, región del reposo, y se llama Mictlampa, rumbo de los muertos. Se asocia con el color negro, con la imagen del Técpatl o cuchillo de pedernal, lo preside Yayauhqui Tezcatlipoca (Oscuro espejo su esplendor); el norte es una región árida por donde soplan los vientos fríos; él tenía la habilidad de conocer los pensamientos y los sentimientos, además de ser omnipresente; es el guerrero del norte, representa el cielo nocturno, la luna y las estrellas, es llamado "noche y viento, el árbitro, el que piensa y rige por su propia voluntad"; es el dios de la noche y la tentación, una de sus características más relevantes es poseer la juventud eterna, por eso era llamado telpochtli (el siempre joven); es invisible, virtud por la que se lo creía omnipresente y se le atribuye además el nombre yáotl (el enemigo), como la creación del aire y la música (en una mano porta flechas, en la otra una flauta). Es el dios que da y quita la riqueza, es el protector de los esclavos.
Tezcatlipoca fue el dios azteca de la noche y todas las cosas materiales. Llevaba consigo un espejo de cualidades mágicas, que emanaba humo y era capaz de matar al enemigo, aspecto por el que también era llamado dios del espejo humeante. Fue deidad de la región norte y, como señor del mundo y de las fuerzas naturales, era el oponente de Quetzalcóatl, relacionado con lo espiritual; juntos complementaban la dualidad antagónica con que la cosmogonía azteca explicó el mundo. Entre los investigadores aún no existe acuerdo sobre quién, de los dos, fue el dios principal en el panteón, aunque no se duda de que ambos lo fueran. En ocasiones, Tezcatlipoca aparece en las narraciones como un tentador de los hombres, instándolos al mal: castigando la maldad y recompensando la bondad, él ponía a prueba la mente de los hombres frente a las tentaciones. También era el dios de la belleza y de la guerra, señor de héroes y muchachas preciosas, representado siempre con un cuerpo joven y hermoso. Una leyenda cuenta cómo el mundo fue creado por Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, cuando sólo existían el océano y un monstruo de la tierra que habitaba sus aguas. Entonces, Tezcatlipoca ofrendó su pie, utilizándolo como carnada para atraer al monstruo hasta la superficie, en donde, tan pronto asomó, fue capturado por ambos dioses, que lograron estirar su cuerpo a lo largo del globo, creando así la superficie terrestre, la tierra firme. La herida de batalla aparece representada toda vez que se evoca a Tezcatlipoca, quien aparece con una de sus piernas sin pie.
Ceremonias consagradas
En honor a Tezcatlipoca se hacían las fiestas segundas en importancia después de las correspondientes a Huitzilopochtli; su nombre fue probablemente tomado de Tézcatl, que es el mes en el que se celebraba, aparte que significa espejo y luna, dado que Tezcatlipoca era un dios lunar, caracterizado por el espejo, la fiesta era celebrada el 19 de mayo. Consistía en la ofrenda simbólica de un joven que representaba a Tezcatlipoca. Un esclavo era elegido para ser sacrificado y durante un año era tratado como un dios en la tierra. Era escogido por no tener tacha alguna en su cuerpo, por tener los cabellos hasta la cintura, y por ser agraciado y fuerte. Recorría las calles tocando la flauta y siendo adorado, para esto se le eran asignados 12 acompañantes, uno de ellos le sustituiría si él escapaba. Se escogían 4 sacerdotisas para que cumplieran todos sus deseos durante el año y 20 días antes de su sacrificio se casaba con ellas, siéndoles asignados los nombres de las diosas (XochiquétzalXilonen…) a cada una. La fiesta tenía alrededor de 6 o 7 fases, en las que participaba el pueblo. En las primeras 4 fases, es la imagen de Tezcatlipoca la que es ataviada, vestida y adorada, por el pueblo y por jóvenes de ambos sexos, que lo cubrían con cuerdas de maíz. Al final del año, el pueblo hacía sacrificios de animales pequeños, dejaba comida al ídolo, la cual recogían los sacerdotes y hacían ofrendas de joyas, mantas y copal. Al joven le cortaban el cabello “como a un capitán” y lo vestían con joyas y mantas. Los últimos 5 días se pasaba de ciudad en ciudad, junto con sus esposas, hasta que finalmente debía subir a un templo ubicado a una legua de Tenochtitlán, rompiendo cuatro flautas que representaban los puntos cósmicos. Cuando ascendía, se recostaba en una piedra y se le arrancaba el corazón.
Caracterizaciones de Tezcatlipoca en los seres humanos
Las principales asociaciones que se encuentran de Tezcatlipoca en los códices calendáricos y en la tradición oral son las siguientes:
Chalchuiutotolin: guajolotito de jade. El totolin o huexolotl representa la exaltación de la importancia personal, el ego de los humanos, estos se inflan el pecho como los guajolotes enorgullecidos de su plumaje. El chalcuitotolin por el contrario es un guajolotito, mantiene su ego chiquito y los chalchuiutes, piedras de jade, son símbolo de belleza. El chalchuiutotolin representa un ego hermosamente mantenido pequeño, humildad. Los antiguos nahuas que iban a ejercer un cargo público debían de ser personas que convirtieron su actitud totolin en una chalchuiutotolin, quienes vencían su ego ya eran aptas para regir con honestidad, sin ambiciones de poder o superioridad personal.
Ixnextli: la que tiene ceniza en su rostro. Ixnextli representa una cualidad asociada a Tezcatlipoca que se presenta únicamente en las mujeres de entre 11 y 17 años, pero que la mayoría decide ocultar, por eso ocultarse el rostro con ceniza. En el momento de pasar de la niñez a ser adulto, en ese momento de cambio se pueden desarrollar ciertas cualidades en las mujeres como mover objetos con el pensamiento o afectar a quien se tenga un enojo dirigido.
Ixquimilli. El que tiene los ojos vendados. Es una cualidad sensorial, desarrollar la sensibilidad del tacto, oído y olfato. Agudizar estos sentidos permite que las personas sientan los cambios de temperatura, percibir formas y colores con el tacto.
Tepeyolohtli: corazón del monte. Se asocia con Tezcatlipoca, es el trabajo interno, la introspección de nuestro ser; además está práctica es también adentrarse en el interior de la naturaleza, en el interior de la mente universal a la cual formamos. Las montañas, cuevas y bosques es donde se desarrolla mejor esta cualidad, por la fuerza de que estos emanan y por la oscuridad que ofrecen. Los iniciados en la ciencia de Tezcatlipoca eran llevados a estos lugares donde habita el ocelote para trabajar en sí mismos.
Oztohteotl: fuerza que emana de las cuevas. Oztoc significa cueva, y teotl es el principio creador. Relacionado con tepeyolohtli. Estando en el interior de las cuevas, es la fuerza que activa los sentidos adormecidos para integrarse cada ser a su subconsciente para conocerse a sí mismo, conocer el todo del que forma parte.
Itzpapalotl: mariposa de obsidiana. Es la energía femenina, se manifiesta desde que se mete el sol, alcanzando su zona de mayor influencia a la medianoche y descendiendo hasta desaparecer cuando sale el sol. Se agudizan los sentidos para la oscuridad de la noche; visión, tacto, olfato, intuición, en general todas las percepciones. En energía femenina que afecta a mujeres y hombres.
Ixcuinan: las madres que toman el rostro. Proviene de ixtli: rostro, nantli: madre y el verbo cuia: tomar. Es la fuerza de las mujeres que ya fueron madres que pueden conocer a fondo las cosas o personas con solo ver su rostro o su superficie. Las ixcuinan pueden saber si una persona está enferma o si necesita o padece de algo con solo verles, tocarles la cara.
Meztli: luna. Representa como las fases lunares afectan a la mente de los humanos activando la intuición, el intelecto, la energía física.

Tecziztecatl: el del caracol. Representa todo lo que constantemente evoluciona, origen y eternidad. Cambio de nuestras ideas y pensamientos, la evolución de estos desde su origen, esa semilla, pasando por todos los cambios, ajustes, detalles, hasta la eternidad solidificándola con la acción.