Ehecatl
(Náhuatl: ehecatl, ‘el viento ’‘ehecatl, viento’) en la mitología mexica y
para otras culturas de Mesoamérica, Ehecatl era el dios del viento. Usualmente se le
interpreta como una de las manifestaciones de Quetzalcóatl,
la serpiente emplumada, tomando el nombre de Ehécatl-Quetzalcoatl, apareciendo
en el aliento de los seres vivos y en las brisas que traen las nubes con lluvia
para los sembradíos. Es uno de los dioses principales de la
creación y héroe cultural en las mitologías de creación del mundo. Su aliento
inicia el movimiento del Sol, anuncia y hace a un lado a la lluvia. Trae vida a
lo que está inerte. Se enamoró de una muchacha humana llamada Mayáhuel,
y le dio a la humanidad la habilidad de amar para que ella pudiera
corresponderle su pasión. Su amor fue simbolizado con un hermoso árbol, el cual
crece en el lugar en el que llegó Ehecatl a la tierra.
Según el mito azteca,
luego de la creación del quinto sol, éste estaba fijo en un punto del cielo, al
igual que la luna, hasta que Ehecatl soplo sobre ellos y los puso en
movimiento. Usualmente era representado con una máscara bucal roja en forma de
pico. Con ella limpiaba el camino para Tláloc, dios de la lluvia,
y los Tlaloque, dioses menores
de la lluvia. En ocasiones se le representaba con dos máscaras, tiene un
caracol en el pecho, pues el viento es usado para tocar el caracol, y asemeja
el sonido del viento; Sus templos normalmente tenían forma circular, para tener
menor resistencia al viento y ayudar a su circulación. A veces se le asociaba
con los cuatro puntos cardinales, pues el viento viene y va en todas
direcciones.
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